viernes, mayo 29, 2009

Puedes prohibirme verte,
y no me quejaré
Aunque al no verte, cada día
he de morir ir un poco más.
Pero no me pidas que deje de pensar
(en ti)
ese capricho es el único
que no te puedo dar.
Juegas con mis ojos
diviértete con mi cólera,
juega con mis sentimientos.
Pero no te dejaré jugar con mi corazón
porque lo rompiste ¿te acuerdas?
y lo he pegado
y no está seco todavía

Sentimiento a Ti debido

Me gusta todo de ti
tus ojos de fiera en celo
el filo de tu nariz
el resplandor de tu pelo.
Me gusta todo de ti
la luna de tu sonrisa
de gato de chesire
colgada de la cornisa de la cornisa
La miel
de tus labios perfilados
los modales de tu piel.
Me gusta todo de ti,
pero tú no.
Tú no.
Me gusta todo de ti
tu ombligo menudo y chato
tu talle de maniquí tu bello bien cortado
el lunar de tu pecho el olor de tu pelo
Me gusta todo de ti
tus pezones como lilas
alcancía carmesí
tu ingles y tus axilas
La miel
de tu intimidad expuesta
el deseo de tu piel
Me gusta todo de ti,
pero tú no.
Ya no.

miércoles, mayo 20, 2009

Perfección

Me gustas cuando callas porque estás como ausente,
y me oyes desde lejos, y mi voz no te toca.
Parece que los ojos se te hubieran volado
y parece que un beso te cerrara la boca.

Como todas las cosas están llenas de mi alma
emerges de las cosas, llenas del alma mía.
Mariposa de sueño, te pareces a mí alma,
y te pareces a la palabra melancolía.

Me gustas cuando callas y estás como distante.
Y estás como quejándote, mariposa en arrullo.
Y me oyes desde lejos, y mi voz no te alcanza:
Déjame que me calle con el silencio tuyo.

Déjame que te hable también con tu silencio
claro como una lámpara, simple como un anillo.
Eres como la noche, callada y constelada.
Tu silencio es de estrella, tan lejano y sencillo.

Me gustas cuando callas porque estás como ausente.
Distante y dolorosa como si hubieras muerto.
Una palabra entonces, una sonrisa bastan.
Y estoy alegre, alegre de que no sea cierto.

cugina

Esos ojos negros, que ya no son tuyos,
tu mirada convertida en deseo,
tus dedos intentando alcanzar mi boca,
esta boca madura para tu juventud intacta.

Y me quieres o crees querer
a quien te idolatra,
y anidas en tus momentos de gloria.

Y tan sólo tenías 22 años
mucho amor para desgastar
y mucho cuerpo para derretir mis ansias.

Y tan sólo tenías 22 años
y clavaste una espina puntiaguda en mi lado
que dejó marca de por vida.

Y cierro los ojos
y enciendo nuevamente las velas,
para que me recuerden a Ti, a tu cuerpo seductor
que provocó mi desnudez en la penumbra
en el juego de tus siluetas.

martes, mayo 05, 2009

Mi Soledad Perdida

Cuando estoy solo, estoy conmigo mismo; la compañía, en cambio, me aleja de mí; y mientras mas numerosa es esta, más alejado de mí me encuentro. Lo que constituye la verdadera soledad; ésa de la que no me quejo, porque no soy consciente de que se trata de una soledad vacía, llena de otras soledades, también vacías, que me rodean y me adormecen.

Creo que la soledad, conmigo mismo como única presencia, es un estado, que ya sea en forma permanente o periódica, resulta indispensable para llegar a saber quién o qué soy como primer paso hacia lo que quiero ser, comprender y alcanzar. Es una soledad llena de mí; a diferencia de la otra, que es un vacío lleno de los demás.

Como ocurre con muchas otras cosas de la vida, le temo a la soledad; y como consecuencia termino huyendo de mí mismo en busca de la seguridad que creo encontrar en el aturdimiento de la compañía; sin descubrir que ésta, la compañía, solo es posible si la busco y la encuentro desde el centro de gravedad de mi esencia solitaria.

En realidad hay dos soledades, que deberían tener nombres distintos, para no terminar huyendo de lo que debo buscar, o temiendo lo que debo amar: La soledad de un Yo vacío y dormido que se espanta hasta de abrir los ojos, y la soledad luminosa que se oculta en esos lapsos breves en que descubro, fugazmente, que estoy absolutamente solo en el universo.

El peor infierno que puedo imaginar es el de la no existencia de la soledad. La verdadera condenación infernal seria la de existir permanentemente acompañado; y tanto más grave la tortura cuánto más grande y numerosa la compañía.

Creo que la peor pena que se puede aplicar a un ser humano es la de vivir siempre, sumergido en una multitud y perdida la esperanza de un rincón solitario. Característica que hace igualmente temibles el cielo y el infierno; y hacia donde vamos rápidamente en el planeta que habitamos.