Esos ojos negros, que ya no son tuyos,
tu mirada convertida en deseo,
tus dedos intentando alcanzar mi boca,
esta boca madura para tu juventud intacta.
Y me quieres o crees querer
a quien te idolatra,
y anidas en tus momentos de gloria.
Y tan sólo tenías 22 años
mucho amor para desgastar
y mucho cuerpo para derretir mis ansias.
Y tan sólo tenías 22 años
y clavaste una espina puntiaguda en mi lado
que dejó marca de por vida.
Y cierro los ojos
y enciendo nuevamente las velas,
para que me recuerden a Ti, a tu cuerpo seductor
que provocó mi desnudez en la penumbra
en el juego de tus siluetas.
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