Tomamos el bus de regreso como a las 03:00 de la tarde. Hacía sol. Al principio creí que no iría a la casa, que tal vez, se habría desanimado. A la 01:00 de la tarde llegó montada en su bicicleta, almorzamos con el resto de la familia y compramos los pasajes de regreso.
Durante el viaje de regreso veníamos conversando de todo. Dos malos comentarios míos la hicieron enojar, sentados uno al lado del otro me dio la espalda. La primera vez aceptó mi disculpa, la segunda vez, ya no. No le hice caso y me volví yo también. Pasado un buen rato Ofelia me empezaba a tocar el pie con el suyo mientras yo me hacía el dormido. Hasta que de repente volví el rostro y la ví, no me dijo nada en palabras.... su sola mirada tierna y con falta de amor me decían mil cosas. Volvimos a conversar así, hasta llegar a Lima.
Ofelia estaba embarazada ya de dos meses, y nadie lo sabía.
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